dr fabian

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jueves, 6 de febrero de 2014

Degeneración.

La "normalidad" es un valor estadístico.Está en el vértice, el punto más alto, de todas las campanas de Gauss. Es simplemente el promedio, el valor que más se repite en una población considerada para su estudio.La normalidad es un alivio. La macana empieza cuando esa normalidad es venerada, cuando es la máxima condición deseada. Cuando es una obligación ajustarse a la normalidad. En todo régimen facista, esa normalidad se decreta. "Somos un pueblo rubio, fuerte, heterosexual, trabajador, nacionalista,sano, ario..." Ahí se suma una ley de "normalidad" al miedo de cada uno a sus propias "anormalidades, que conoce o intuye pero sabe que no puede reconocer ante los demás. Ese miedo pone a la gente a la defensiva y aumenta su agresividad hacia lo diferente o que no se ajusta. No vaya a ser que alguien note tu diferencia y pases del lado de los castigados, de los degenerados.



 “Es deber del Estado, y de sus líderes, impedir a un pueblo caer bajo la influencia de la locura espiritual”.
                                                                                                  Adolph Hitler.


Arte degenerado. (Entartete kunst).
dos Picasso en Entartete kunst.

















El nacionalsocialismo nunca se caracterizó por la sutileza. Desde su llegada al poder, comenzó una campaña contra el arte de vanguardia, que se alejaba del mensaje nacionalista concreto. Cerró los museos de arte moderno y decomisó más de 16000 obras de arte. Enfrentó a todas las vanguardias, dadaísmo, cubismo, surrealismo, expresionismo y varios "ismos" más. Los decretó "arte degenerado" e intentó borrarlos de la historia del arte. No conforme con ésto, se organizó una exposición itinerante en que se exponían una importante selección de obras de ese arte degenerado de forma tal de intentar ridiculizarlas. Se exponían en aparente desorden y con letreros y comentarios mordaces e irónicos."¿Arte?", se preguntaba al público, y se publicaban además los precios que el gobierno anterior a 1933 había pagado por toda esa basura anti alemana. Se incluyeron obras de Klee, Picasso, Kandinsky, Munch, entre otros.
Paralelamente se realizaba otra exposición, ésta de "arte patriótico" en la que se exponían bucólicas imágenes del alemán valiente y obediente.
También se atacó a la "música degenerada", que incluía tanto a músicos modernistas, como a autores de origen judío , africano o gitano, a autores políticamente incorrectos y a géneros musicales como el jazz ( ver arriba el afiche"enartete musik").
Este mes, en el Victoria y Albert Museum de Londres, se publicó el inventario completo de obras degeneradas expuestas.
Como los jerarcas nazis eran asesinos pero no tontos, vendieron montones de las obras que oficialmente despreciaban.( ver acá )
arte patriótico



Max Nordau.
Puesto entonces a leer acerca de las bases ideológicas del nazismo en materia de degeneraciones, me encuentro con una influencia muy llamativa. En 1892, un intelectual nacido en Hungría pero alemán por propia definición, llamado Max Nordau, publicó su obra más famosa y controversial: Degeneración.
Nordau era uno de los tantos agnósticos de origen judío ( a pesar de haber nacido en una familia judía ortodoxa) que recién se asumieron como tales luego del caso Dreyfus. Era médico, literato y periodista.
Cuando se convenció del alcance universal del antisemitismo, fue uno de los más encumbrados fundadores del sionismo, y dicen que fue quien logró imprimir a este movimiento el funcionamiento democrático.
Nordau formaba parte de la más acérrima burguesía europea, y le tocó vivir una época en que germinaban grandes cambios, se gestaban revoluciones tanto culturales como políticas.En este marco reaccionaba defendiendo el orden establecido.
Nordau recurre a la noción seudoclínica de “degeneración”, que por aquel entonces, por obra principalmente de Lombroso, hacía furor en medios científicos y semi-científicos.Según Lombroso y sus seguidores, todas las “rarezas” contrarias al mundo “burgués”, desde la criminalidad a la “genialidad” o seudogenialidad pasando por las diversas formas de locura, eran producto de un proceso hereditario de degeneración de la “raza”.
 Grandes figuras literarias y artísticas de la segunda mitad del siglo XIX eran “degenerados”:  los impresionistas, Baudelaire, Rimbaud, Wagner, Tolstoi, Ibsen, Zola, Nietzsche, etc.. Es más, atribuye el éxito de estas figuras a una especie de"histeria " de la sociedad burguesa de la época.
Entre otras cosas, estos artistas y revolucionarios presentaban una "incapacidad para la robusta y realista asociación de ideas que sería condición del pensamiento sano y apto para la “ciencia”. Es, junto con la locura moral, la emotividad, el abatimiento tedioso y el misticismo, uno de los rasgos básicos que definirían la psique de los  “débiles mentales”.
Un admirador español escribe que "El eminente escritor hizo en sus libros una verdadera disección de todas las desviaciones del sentido estético, que fueron la nota predominante de casi todas las tendencias literarias desde el naturalismo hasta el simbolismo". Y que "son evidentes sus grandes dotes de filósofo al preconizar la victoria del sentido vital respecto a los hechos morbosos y excepcionales".
Vuelvo al principio de esta entrada: Las verdades absolutas y  la normalidad como valor universal obligatorio te lleva al fascismo o equivalentes. Dotar de "orden natural de las cosas" a tus propios valores e intereses también. Nordau luchó y escribió contra el racismo ( el antisemitismo y otros). Murió en 1923  sin saber ni imaginar a quién le había dado letra y para qué cosas.






Más arte degenerado




fuente Nordau
fuente arte degenerado
fuente degeneración
 fuente Santiago Valentí
fuente degeneracion
pdf introducción libro degeneración

1 comentario:

  1. Recuerdo que cuando escuché la noticia del “arte degenerado”, lo primero que pensé fue algo así como: “dime de qué acusas y te diré de qué padeces” (versión libre mía).
    Que quienes ejecutaron los actos más aberrantes y promiscuos califiquen cualquier otra cosa de “degenerada”, es tan delirante como todo el régimen en sí.
    Creo que más allá de que las obras no se adecuaban a la normalidad decretada, lo que se intentaba ridiculizar era lo que cualquier expresión artística conlleva: la posibilidad de subjetivar a quien la realiza y / o disfruta.
    De todas maneras, y afortunadamente, no pudieron impedir del todo que algo del arte se escurriera bajo la campana (de Gauss?) : el efecto de bálsamo de varias expresiones artísticas llegó hasta muchos de los habitantes de los campos, devolviéndoles algo de la condición humana arrasada.
    Pienso en los dibujos y las poesías delos nenes Terezin, por ejemplo. Y justo en estos días estoy leyendo para un laburo un libro que nada que ver con este tema, pero que en una parte comenta una novela sobre la vida en los campos de Buchenwald:
    “En las letrinas, fuera cual fuese la pestilencia y la ruidosa evacuación de las vísceras a nuestro alrededor, nada nos impedía murmurar la consoladora melodía de unos versos de Paul Valery”.
    En fin, como dice el profe Skliar: “Cada vez que alguien dice ES NORMAL, un fruto se seca desde lo alto de un árbol, un niño se adormece sin desearlo y una conversación queda interrumplida para siempre”
    Y sí. No hay diálogo posible con quien cree tener la verdad absoluta sobre –cualquier- cosa.

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