Vienen a la consulta una paciente, llamémosla Julieta, con su mamá. A Juli la conozco desde recién nacida y tiene hoy casi diez años. Consultan para control, estando sana.
La mamá anima a Juli a que haga la pregunta que habían quedado en hacerme:
-¿Qué significa la palabra sexualidad?- y en seguida completa- ¿ y sexo?
La mamá me sonríe, como uno sonreiría al bañero que te está por tirar el chaleco salvavidas.
Me tiento con empezar a contestar, y de hecho empiezo, tratando de adecuar la respuesta a la edad y de bajar una determinada linea ideológica, hasta que, más lógicamente y ayudado por la madre, trato de darle un contexto más claro a la pregunta .
-¿Por qué lo preguntás?
Mientras la mamá me empieza a contar, Juli saca de su mochila un diccionario. Enseguida es la niña la que toma la posta de la explicación.
Buscaban palabras y leían su significado. Primero las elegían al azar hasta que llegó la primera que llamó su atención o su interés : uno leyó la palabra "Virgen", y supongo que esperaba en un principio encontrar una definición religiosa. Pero no: virgen era, la "persona que no tuvo relaciones sexuales", pero además era "lo que no había tenido uso". Eso, aparte del tema religioso. Y apenas más abajo: "Virginidad", y ahí ya no habían objetos sin uso ni acepciones aburridas. Y una cosa trajo la otra, y una palabra trajo las demás y los chicos, además de divertirse con la sensación de asomarse a lo prohibido, aprendían. Y leían, y habilitaban temas de conversación. Y les aparecían preguntas.
Más tarde algunos siguieron con el tema por Watsap. Algunos padres espiaron los mensajes y se escandalizaron. Otros, fueron sorprendidos como la mamá de Juli con preguntas que habilitaron charlar de estos temas de la manera más sana. De paso, aprovechamos a charlar con el pediatra sobre género, sobre sexo, y sobre cuidar el cuerpo y quererlo.
Un grupete de pibes con tiempo libre y cada uno con un diccionario a mano.
O, si quieren, chicos googleando libremente con el diccionario.
Genios.