DOS HISTORIAS
I
Parece ser que hay montones de copias de la Mona Lisa en distintas colecciones y museos.En el Prado había una más, que parecía no tener demasiado atractivo.Hasta que hace unos dos años la investigadora Ana Gonzalez Mozo decidió estudiarla.El cuadro se encontraba como se ve aquí arriba, con pintura negra de fondo.debajo de esa capa se encontró barniz oscurecido por el tiempo, que protegió las capas más profundas.allí se encontró que no era una copia cualquiera.
No estamos ante una mera copia del retrato de las muchas que pululan por el mundo: se trata de un verdadero work in progress, un retrato paralelo, una especie de fotocopia ejecutada de forma simultánea por el alumno mientras el profesor pintaba su obra maestra
Es decir que se vio que esta copia siguió todo el derrotero que de modificaciones que Da Vinci hizo al original.Esto permite estudiarla y restaurarla utilizando técnicas que no podrían permitirse con la original e inferir conocimientos sobre ésta."lo más importante de la copia es que nos permite conocer cómo trabajó Leonardo"
Restaurada la copia tiene el aspecto que vemos acá abajo, que probablemente tenga detalles en común con la original sin el barniz oscurecido.
fuentes: EL PAÍS(ver nota)
clarín suplemento de selección de artículos del New York Times
II
Conocí la historia Valfierno leyendo la novela de Caparrós, que es más interesante por el personaje mosmo que por cómo la recrea.
.El 20 de agosto de 1911 desapareció la Gioconda del Louvre.Tiempo después el carpintero Vicenzo Peruggia , ex empleado del museo intentó venderla en Italia y dijo haberla robado para devolverla a su país de origen.
La historia parece haber sido más complicada y divertida.
Un argentino con antecedentes de estafador, Eduardo Valfierno,dice haber sido el ideólogo.Convenció a Peruggia de robarse el cuadro, cosa que hizo escondiéndose en el museo y saliendo con la tela enrollada bajo el abrigo. Dejó que el carpintero se quedase con la tela original pero que la mantuviera escondida al menos un tiempo.Previamente contrató a Yves Chaudron, un pintor que realizó varias copias al parecer muy buenas. Nuestro compatriota, cuando se hizo público el robo , logró vender al menos seis de las copias a coleccionistas ávidos de tener escondida la Mona Lisa original, sabiendo que estaban obligados a mantenerla en secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario