Un escritor en la Unión Soviética, fines de los 50,comienzos de los 60. Venía de publicar Por una causa justa, una novela sobre la guerra, políticamente correcta para su país, con todos los clichés stalinistas.
Un escritor considerado héroe periodístico de la segunda guerra, que permaneció junto a la avanzada del ejército rojo en la reconquista de Europa, desde Stalingrado hasta Berlin, para contar al mundo el horror de lo que iba viendo.
Que dio letra con su trabajo periodístico a los juicios de Nuremberg.
Que necesitó ir descubriendo la bestialidad nazi para recordar su propio origen judío.
Que tenía en su cabeza y en sus recuerdos imágenes de guerra indescriptibles, insoportables , testimonios terribles que le pesaban y necesitaba contar.
Que tenía también el enorme peso de sus propias culpas y miedos, que no podían contarse pero que necesitó escribir.
Escribió una novela que era claramente impublicable en su país y su época . La presentó, además, para su publicación a la censura oficial en un acto con claro componente suicida.
Grossman acompañó la avanzada del Ejército rojo |
Hace un par de semanas terminé de leer Vida y destino, de Vasili Grossman. Un mamotreto de más de 1100 páginas acerca de la batalla de Stalingrado.
Costó al principio entrar en el ritmo de la novela.
Es una novela "coral", con distintos personajes y ramas familiares que transcurren a la vez en distintos puntos geográficos, a un lado y a otro del frente. Para entender la complejidad, hay al final un glosario de los 140 personajes principales con sus correspondientes patronímicos, ya que como en todo clásico ruso que se precie, pueden ser nombrados indistintamente por nombre, apellido, patronímico o sobrenombre .
Hay una saga familiar, hay historias de amor de todo tipo ( fraterno,filial,conyugal,de amantes,etc) , hay historias de batallas, de prisioneros en campos nazis y soviéticos; hay traiciones, sacrificios, política, literatura, ciencia. Hay horror, hambre, nacimientos, muertes. Hay cientos de historias, algunas interconectadas y otras sueltas.
Tiene de todo menos poder de síntesis, pero deja huella.
¿Se hace largo? Debo reconocer que por momentos sí, aunque se produjo en mí un fenómeno raro: quería terminarlo de una vez por todas para pasar a leer alguna otra cosa, pero al llegar al final no logré dejar de pensar en el libro. Lo seguí viendo. Me dejó conmovido, conmocionado y pensando.
Algo así cuenta que le pasó a Martín Caparrós, en este excelente comentario (en críticadigital ):
Hace unos días terminé de leer una de las grandes novelas del siglo XIX. Pero hay libros de los que no se puede decir “terminé de leerlo”, y probablemente ésa sea la prueba de su grandeza: aunque la haya terminado sigo, de diferentes modos, queriendo, sin querer, leyendo esa novela. Dice "siglo XIX" adrede, porque Digo: una novela de cuando las novelas creían que podían –que debían– contar el mundo sin pudor, sin ninguna modestia.
Hay pequeñas historias que comienzan y terminan en capítulos cortitos que pueden leerse como un cuento.
Una médica militar, que no había podido tener hijos, toma de la mano a un niño que está sólo mientras van camino a la cámara de gas. Cuando puede salvarse porque se necesitaban médicos para el campo decide callarse y no soltar al chico. Entramos a la cámara de gas con ellos, en un relato que me hizo lagrimear un rato largo.
Otra historia que conmueve es la de la casa 6/1, enclave aislado de la resistencia rusa en pleno avance alemán,
Acá, el audio .
Me da envidia el camarada Grossman, que sabía para qué escribía, concluye Caparrós.
El libro no tiene un protagonista excluyente, pero el personaje que podría considerarse el "alter ego" de Grossman, es Viktor Strum, Físico genial que hace su gran descubrimiento sobre teoría atómica y espera ser reconocido por el aparato científico oficial. El problema es que la oficialidad decide que su trabajo es teórico y por lo tanto inaplicable en lo inmediato y que en tiempos de guerra ocuparse de la teoría y de cosas abstractas es ir contra el realismo práctico de la revolución. Strum empieza a ser ninguneado, no llegan los nombramientos de sus ayudantes, le exigen un "arrepentimiento" escrito, en fin ,va cayendo en el pozo en que él antes vio caer a otros que eran políticamente incorrectos. Cuando parece perdido la mano cambia por una llamada del mismo Stalin, y automáticamente vuelve al éxito , un éxito que lo hace feliz pero que empieza a obligarlo a transar.
Strum en su última aparición está carcomido por la culpa. Había firmado una declaración que condenaba inocentes.
Da la impresión de que Grossman decidió escribir Vida y destino hastiado o asqueado de tener todo este material dentro .Se le anima a las escenas atroces de la guerra, a trazar un claro paralelismo entre el nazismo y el stalinismo, a manifestarse contra todo totalitarismo de estado que convierte a cada hombre en un punto ínfimo dentro de una estadística. A mí no me da la impresión de que se rebele contra el socialismo, sino contra el estado, cuando éste deja de ser el medio para que la gente esté mejor y comienza a ser un fin en sí mismo.
Grossman, como Strum, también tenía en su haber alguna declaración pública obligatoria que incriminaba inocentes. Su segunda mujer, incluso, había sido deportada a un campo de trabajo por no declarar en juicio contra un ex marido.
Esta novela es una enorme catarsis suicida. Como todo acto suicida, su autor no debe explicaciones a nadie, a ningún editor, a ningún mercado, a ningún censor. No parece guardarse nada, no sintetiza, no le ahorra al lector nada .
LINKS relacionados
El infierno en Treblinka, descripción que publicó Grossman en el diario Estrella Roja cuando ingresó a este campo de exterminio.Los edificios de las cámaras de gas y hornos habían sido destruidos, pero en base a enorme cantidad de testimonios logra describirlos. Este material fue usado en Nuremberg como elemento probatorio. click para leer el comienzo
acá para el LIBRO COMPLETO
Comentario interesante sobre Vida y destino en london review of books.
Excelente selección de comentarios y fragmentos en elortiba.com
Fragmento acerca de la percepción de la batalla.
El libro negro, ( comentario del traductor) escrito por Grossman y I. Ehrenburg,, testimonios del horror nazi. Escrito poco tiempo después de la guerra, censurado por el propio Stalin y publicado muchos años después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario