La primer colaboración de Borges y Bioy Casares fue en un texto publicitario.
En un artículo en el Corriere della Sera en 2005, el italiano Claudio Magris, polemiza sobre a qué debe llamarse literatura y qué debe incluirse por lo tanto en la historia literaria. Parte de la discusión entre quienes consideran a Galileo como literato además de científico y nombra como ejemplo polémico el Premio Nobel de literatura alguna vez fue entregado a W. Churchil. Cuenta que hoy la historia de la literatura propone tener en cuenta todo el proceso, cada vez más vasto, de la producción expresiva. El problema es que hoy la "artisticidad " se extiende tanto que apenas se distingue de todo lo demás, disolviéndose toda especificidad del texto literario. Termina colocándose, según dice, en un mismo plano a los grandes poetas con los spots publicitarios, sin duda también hechos expresivos pero que debieran poder individualizarse y diferenciarse a la hora de darles su correspondiente valor histórico.
Acá Borges y Bioy la hacen más difícil.Ellos hicieron literatura, aunque estuviesen vendiendo yogurt.
"La leche cuajada limpia el organismo del hombre; dentro de él, ensancha su vida. Los mayores arcanos suelen estar a nuestro alrededor; también algunas maravillas; la costumbre excusa la conciencia, miramos sin ver y, lo que es peor, creyendo que nada queda por ver y vamos a lo remoto, menos inalcanzable que lo inmediato, en busca de esfinges y de maravillas., El elixir de la larga vida, de los cuentos y de algunas débiles fallas de nuestra desesperanza, es por todos conocido: la leche cuajada, alimento de Matusalén".Acá Borges y Bioy la hacen más difícil.Ellos hicieron literatura, aunque estuviesen vendiendo yogurt.
Comentaba Adolfo Bioy Casares en " MEMORIAS" (Barcelona, Tusquets, 1994, p.76) "En 1937 mi tío Miguel Casares me encargó que escribiera para La Martona (la lechería de los Casare) un folleto científico, o aparentemente científico, sobre la leche cuajada y el yogurt. Me pagarían 16 pesos por página, lo que entonces era muy buen pago. Le propuse a Borges que lo hiciéramos en colaboración. Escribimos el folleto en el comedor de la estancia, en cuya chimenea crepitaban ramas de eucalipto, bebiendo cacao, hecho con agua y muy cargado. Aquel folleto significo para mí un valioso aprendizaje; después de su redacción yo era otro escritor, más experimentado y avezado " El resultado fue un texto decididamente anti publicitario, con despliegue erudito y un lenguaje alzado que se da de bruces con el impacto sin vueltas que se requería. Entre las exageraciones constan la sobrecargada biografía de Elías Metchnikoff, el ruso bajo cuyo método "La Martona" elaboraba el producto, las prolíficas citas científicas sobre los beneficios de la cuajada que se adornan aún con frases bíblicas y, entre otras cosas, la ejemplificación de las ventajas de su ingesta con la longevidad de una familia búlgara que tenía a la cuajada como base de alimentación: "Es clásico el ejemplo de los Petkof, once hermanos que rebasaron todos los 100 años, excepción hecha de María Petkof, que murió a los 91"
El texto es muy sobrio y preciso, pero los subtítulos ya revelan la inclinación literaria de los autores: "El hombre, país de microbios", "El caso perdido del acidófilo", "Vuelta a Matusalén" y "Nuestros aliados invisibles".
Fuente, Queleer.
Lenin Pérez Pérez @leninperezperez(EN TWITTER)
FUENTE 2 La Nación
Fuente 3, Claudio Magris, Alfabetos
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