Vicente Battista escribe sobre el
origen del cuento, y se remonta hasta el hombre de Neanderthal:
“... El fuego, recién descubierto, da calor a los hombres y mujeres de esa tribu. Todos están alrededor de las llamas mágicas celebrando el fin de otra jornada. A la mañana de ese mismo día, los hombres habían partido de caza en busca de alimentos. Las mujeres, en tanto, cuidaban a sus críos. Ahora, que el sol ya se fue, es tiempo de descanso y de contar las experiencias del día. Cada hombre dice cómo atrapó a la presa que perseguía. No saben mentir. Para uno de esos hombres la caza había sido un fracaso. Cuando llega su turno, no tiene proezas para contar. Entonces decide inventarlas. Miente, pero lo hace tan bien que transforma a esa mentira en una historia, bella y verosímil. Aquella noche, sin saberlo, ese anónimo hombre de Neanderthal acababa de inventar la literatura.”
Démosle la derecha, pero vayamos más allá, porque parece ser que el reunirse frente al fogón tuvo un papel esencial en cuanto a la evolución del hombre.
Resulta obvio que el fuego y la
conversación han sido dos elementos de vital importancia en nuestra historia
evolutiva, pero llamativamente no hay tantos estudios que intenten
relacionar la evolución conjunta de ambos.
El control sobre el fuego, que data
de entre un millón y cuatrocientos mil años atrás, trajo grandes cambios para
la especie. Más allá de permitir cambios en la dieta, una alimentación más
segura y protección sobre todo nocturna contra el frío y depredadores, tuvo
otros efectos a simple vista menos utilitarios pero no menos importantes.
El hombre y en general los
primates, fueron siempre de hábitos diurnos.Su mala visión nocturna les impedía
tener actividad productiva durante la noche, además de ponerlos en franca
desventaja con respecto a depredadores. La noche era para descansar escondido y
abrigado. El fuego permitió aumentar al hombre sus horas de vigilia. Extendió
el día. Ahora, ¿en qué se utilizó esas horas "nuevas" de vida?
Los grupos humanos cazadores
recolectores se encontraron con un tiempo que no podía utilizarse para esas tareas
y les sobraba para comer y cocinar.
La Dra. Polly Wiessner,
arqueóloga de la U. de Utah, extrapolando sus trabajos en el Kalahari con el
pueblo !kung (no está mal escrito, va con !), publicó en 2014 algunas
conclusiones muy interesantes.
Este pueblo está compuesto por
nómades cazadores/recolectores. Wiessner no puede asegurar cuestiones
históricas sobre los orígenes de los !kung, pero sí sabe que sus actividades se asemejan a las del
ser humano en el 99% de su historia evolutiva. Lo que hizo fue, resumiendo,
analizar las diferencias de contenido de las conversaciones que tenían durante
el día con respecto a las que aparecían por la noche, obviamente en torno al
fogón.
De día las conversaciones eran
funcionales, sobre cuestiones prácticas: trabajo, chismes que involucrasen competencias
y sanciones, solución de problemas concretos, cuestiones de derecho.
La mayoría de las charlas
nocturnas, sin embargo, eran sociales. El 80% podrían calificarse de
historias..
"Las historias son importantes
en todas las sociedades, ya que proporcionan el marco que mantiene unida a la
comunidad: compartimos un conjunto de conocimientos culturales porque
somos lo que somos, y eso es por qué somos diferentes ", escribe el
Dr Robin I. M. Dunbar, de Psicología experimental de Oxford en sus comentarios
sobre el articulo de Wiessner.
Las historias a la luz del fuego
tratan de hechos pasados, recuerdos, hazañas. También acerca de mitos, que
probablemente también nacieron en el marco de una charla de fogón. También
acerca de grupos con los que se relacionan pero que se encuentran distantes.
Así aparece también la noción de comunidad ampliada, traer a la memoria y tener
presente a gente que vive lejos. Se extiende una especie de red entre las
comunidades.
Volviendo a los orígenes, el fuego
extiende la jornada de vigilia, y hay tiempo vacío. La luz no alcanza para
poder fabricar objetos, por ejemplo. Ese tiempo solo puede utilizarse para la
conversación íntima (unión diádica) o para la narración (unión comunal).
“Hay algo en el fuego en
medio de la oscuridad que une, suaviza y entusiasma a la gente. Es algo íntimo.
La noche alrededor de una fogata es universalmente tiempo de entretenimiento en
el que se intercambia información social y emociones”
P.W.
Wiessner indica que las historias a
la luz del fuego, las conversaciones, las ceremonias y celebraciones desataron
la imaginación humana y las capacidades cognitivas para formar estas
comunidades imaginadas. También reforzaron la capacidad humana de ‘leer’ lo que
otros están pensando, no sólo sus pensamientos o intenciones, sino también sus
puntos de vista sobre otras personas.
Sobre ésto, Dunbar comenta que así
como se tiene una visión utilitaria del control del fuego como herramienta,
también con respecto al desarrollo del lenguaje, clásicamente se supuso que
evolucionó como forma de transmitir conocimientos técnicos útiles: "así se
hace esto ". Podría ser también que en un principio el lenguaje se
desarrolló para facilitar la unión de la comunidad y permitir la solución
comunitaria de los problemas. Tanto el uso del fuego como el del lenguaje, son
hasta acá analizados como fenómenos independientes, salvo por el hecho de
coexistir como grandes hitos de la cultura humana. En lo que avanza este
trabajo es en analizar la estrecha relación entre ambos fenómenos: se alarga el
día en horas sólo aptas para la interacción verbal, en que lo simbólico, lo
afectivo, lo que se recuerda y lo que se imagina pasa a ser protagonista.
Además, la luz del fuego era poco apta para el lenguaje gestual, por lo que
seguramente hubo que ponerle palabras a todo lo que se quisiera comunicar. Se
crean mitos y elementos que afianzan el sentido de pertenencia a la comunidad,
e interacción a la distancia con otras comunidades con las que se relacionan en
forma esporádica. Por otra parte, podría significar también la aparición
carismática de los narradores, individuos dotados del don de entretener a
través del lenguaje, expertos en transmitir ideas o historias alrededor de las
cuales gira la unión de la comunidad, por fuera de las cuestiones de la
economía diaria.
Aquí llegamos de nuevo al comienzo
de esta entrada. Al narrador que Battista imagina mentiroso, que no necesitará
ser bueno cazando para ser quien empuje a su grupo hacia un futuro más
interesante.
fuente abstract,
the subversive archaeologist, crítica.
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